La gracia se tiene o no se
tiene. Luz Sánchez-Mellado no la tiene. La periodista está al frente de una
columna semanal en El País. Se llama Portera de día, en un guiño difícil de
entender para cualquier persona menor de 35 años. Su objetivo es hacer un
repaso mordaz a la actualidad de la semana. Es un propósito loable, pero muy alejado
de los resultados. Sin embargo, los textos de Mellado son de una gran utilidad
periodística. Sirven para demostrar que esta profesión sigue necesitando de
chispa a la hora de generar piezas memorables. Una especie de alquimia que
permita que lo verdaderamente talentoso se imponga a formulismos y modelos
prefabricados.
Lean el enlace de arriba. No le
falta detalle. En las umbralianas negritas se apretujan políticos (ay de ellos
como sean del PP), comunicadores, artistas y freaks en nómina de Telecinco. Las
referencias a temas actuales se cruzan a velocidad endiablada. De Julio
Iglesias a Ana Botella, del COI a Sálvame, de Amador Mohedano a la juez Alaya,
de los papeles de Bárcenas a las maternidades tardías. Los juegos de palabras
se suceden sin cesar. La malicia se hace presente en cada línea. Todo está
preparado para divertir al lector. Pero eso nunca sucede.
El análisis satírico de la
actualidad es un género dificilísimo. No está al alcance de cualquiera, porque
es imposible en él “cubrir el expediente”; no hacerlo como es debido equivale a
un ridículo espantoso. Carmen Rigalt lo domina a la perfección en El Mundo. ABC
tiene un diamante en bruto en Rosa Belmonte, una de las mejores plumas del
periodismo actual, que paga muy caro el pato de no escribir sobre temas de los
considerados “serios”. El País anda algo escaso en ese perfil. Durante un
tiempo lo desempeñó con dignidad Maruja Torres. Tras una vergonzosa decadencia
teñida de atroz sectarismo, su firma ha desaparecido del diario de Prisa. Elvira
Lindo parece alejarse un poco de ese estilo que le hizo famosa, aunque lo
resucita de vez en cuando. Modelos había dónde mirarse.
No es Sánchez-Mellado una
periodista totalmente desechable. Los domingos realiza perfiles de políticos
más presentables. No son para tirar cohetes, pero no están escritos con la
intención de resultar desternillantes, con lo que cumplen su función de manera
infinitamente más eficaz.
Y es que la gracia se tiene o
no se tiene. Y Luz Sánchez-Mellado no la tiene.