La hoguera de las vanidades

La hoguera de las vanidades

sábado, 15 de enero de 2011

Me presento



Aunque en el cine me interpetó un actor nacido en Alemania pero criado en Nueva Jersey, lo cierto es que soy inglés. Como quizá sepan, adquirí cierta fama y algún prestigio gracias a la historia que mezcló los destinos de Sherman McCoy y de Henry Lamb. Aquello sucedió en Nueva York hace algunos años. Desde entonces, en mi vida ha habido algunos cambios. La sustanciosa fortuna que hice con el libro que publiqué me permitió tomarme el trabajo con algo más de relajo. Buscando climas benignos en los que malgastar mi fortuna y dedicarme a la holganza, recalé en la Costa del Sol.


Aunque allí hay una nutrida colonia británica, pronto me vi empujado a aprender el idioma para poder mezclarme mejor entre los lugareños y, especialmente, ser capaz de pedir en un impecable castellano mi tradicional vodka con naranja, cuyo paladeo resulta infinatamente más placentero en un chiringuito que en cualquier pub atestado de compatriotas.


Dicho dominio del idioma me ha permitido consumir con asiduidad los medios de comunicación españoles. La deformación profesional me ha impedido llevar una existencia totalmente ajena a periódicos, radios y televisiones. Es por ello que no perdono la lectura de las cartas de Anson, amanezco resacoso al son de las principales tertulias y conozco, con más o menos detalle, la trayectoria musical de Karmele Marchante.


Como ven, Internet no me es ajeno. Por ello, me atrevo a abrir este blog con el que compartir mis reflexiones sobre el panorama español de la comunicación. Espero que sean de su agrado y que no duden en comentar cualquier cosa que lean por aquí. Recuerden que sigo siendo inglés, con todo lo que eso conlleva en lo que a formas se refiere.


Un cordial saludo.

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